Domingo V de Pascua

PRIMERA LECTURA

Hch 6, 1-7
Eligieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo
 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

EN aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
 
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19
 
R/.   Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
 
        V/.   Aclamad, justos, al Señor,
                que merece la alabanza de los buenos.
                Dad gracias al Señor con la cítara,
                tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.   R/.

        V/.   La palabra del Señor es sincera,
                y todas sus acciones son leales;
                él ama la justicia y el derecho,
                y su misericordia llena la tierra.   R/.
        V/.   Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
                en los que esperan en su misericordia,
                para librar sus vidas de la muerte
                y reanimarlos en tiempo de hambre.   R/.
SEGUNDA LECTURA
Pe 2, 4-9
Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real
 
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

QUERIDOS hermanos:
Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Por eso se dice en la Escritura:
«Mira, pongo en Sion una piedra angular, elegida y preciosa;
quien cree en ella no queda defraudado».
Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos.
Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
 
Palabra de Dios.


Evangelio

Jn 14, 1-12
Yo soy el camino y la verdad y la vida
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
 
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».
 
Palabra del Señor.

Oración del Viernes V de Pascua

Hoy celebramos la fiesta de nuestro patrón, San Isidro Labrador, y el evangelio que vamos a orar es similar al del día anterior. Pero debemos de fijarnos hoy en un aspecto que ayer pasó inadvertido… ¿Cómo debe ser mi respuesta ante la promesa que Dios me hace? ¿Cómo vivo yo esta promesa en el aquí y ahora de mi vida?

Hoy la frase que va a centrar nuestra atención es la que habla de la amistad: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando […]: que os améis unos a otros como yo os he amado»

Siempre vivimos centrados en los mandamientos, normas, en el debo hacer esto, debo ser así… y perdemos el principio y fundamento de nuestra vida: HACERLO TODO POR AMOR. En el caso de san Isidro y de cualquier cristiano/a, solo puedo SER FELIZ siguiendo a JESÚS si descubro este pequeño-gran secreto: SOLO SI AMO (y aprendo a amar) SERÉ FELIZ.

Y no se trata de un amor cualquiera, se trata de un AMOR VERDADERO, del «amor del bueno»: aquel que ENTREGA TODO LO QUE TIENE, ESPECIALMENTE A SÍ MISMO sin pedir nada a cambio. Pero aquí también hay un «truco»: UNO NO PUEDE DAR LO QUE NO TIENE. Por eso, el inicio de la transformación del corazón que hará posible que ame a los demás y a Dios con todo él, solo será posible, si antes me sé AMADO TOTALMENTE y SIN CONDICIONES -> esto es lo que Jesús quiere darte cada día.

Este amor sin condiciones que transforma la vida es el de JESÚS por tí, que no es otro que el del mismo DIOS que te creó y te dió la VIDA y, con ella, UNA PROMESA REALIZABLE: Amarás y serás amado en plenitud. Solo cuando recibo el AMOR DE DIOS, CREO EN ÉSTE AMOR, y dejo que me ayude a AMARME A MI MISMO tal y como ÉL ME AMA, entonces podré cumplir ese mandamiento que dice: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»… y, ¡qué casualidad! así nos convertimos en VERDADEROS AMIGOS DE JESÚS.

Palabra de Dios

Jn 15,9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.
 
104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.
 
105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.
 
106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.
 
107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
 
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos.  

Puntos de oración

Oración del Jueves V de Pascua

Hoy celebramos la fiesta de san Matías, el primer apóstol que de Jesús que es elegido por el grupo de los 11 en sustitución de Judas Iscariote, que se quitó la vida después de traicionar a Jesús. 

Encontramos a una Iglesia que interpreta las Escrituras y que, inspirados por el Espíritu, saben que necesitan incorporar un apóstol más para completar el grupo de 12. Tenían conciencia de que esto era algo que Dios les pedía. Así, escucharon a Dios e inspirados por Él eligieron a Matías.

En el Evangelio encontramos multitud de «llamadas» de Jesús a seguirle: Mateo (que estaba sentado en el mostrador de los impuestos), Pedro, Juan… y todas ellas guardan un «común denominador»: «les llamó para estar con Él». Esta es la clave que lleva la llamada a ser cristiano: mi encuentro con Cristo me revela su amor y me cambia la vida, que solo tiene sentido si es vivida con Él.

El caso de Matías es también el de nuestra vida. Todo parte de una llamada de Jesús en donde te llama AMIGO/A: «Te he elegido para que me lleves siempre en ti, ¿quieres venir conmigo y ser feliz?». Traducido en el evangelio de Juan que hoy vamos a orar sería decirte: «No eres tú el que me ha elegido a mi, soy yo el que te he elegido y te he destinado para que vayas y des fruto, y tu fruto dure […] Tu eres mi amigo […] y te he hablado de todo esto para que mi alegría esté en ti, y tu alegría llegue a plenitud». O si queremos ser más simples aún… la pregunta que te lanzaría Jesús sería: «¿Quieres ser feliz haciendo que tu vida merezca la pena? Sígueme».

Palabra de Dios

Jn 15,9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.
 
104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.
 
105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.
 
106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.
 
107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
 
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos.  

Puntos de oración

Oración del Miércoles V de Pascua

Continuamos nuestra oración siguiendo la estela de reflexión de ayer. Si recordáis hablábamos de esa “paz que el mundo no puede dar”, la que anhela y necesita nuestro corazón para vivir. Hoy Jesús nos vuelve a recordar el origen de esta paz con una comparación muy acertada: «el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada».

El fin que tiene nuestra vida no es otro que dar Gloria a Dios, hacer feliz a Dios… y aunque parezca, a primera vista, un poco “egoísta”, como si fuésemos “instrumentos” creados de manera egoísta… pensar así nos lleva al error. La Gloria de Dios es que seas FELIZ, que tu vida alcance la PLENITUD para la cuál has sido creado… o en términos del evangelio de hoy, QUE DES FRUTO ABUNDANTE. Pero, no cualquier fruto. Se trata del mejor y más grande que tu persona pueda dar al mundo y a la humanidad.

Y como todo árbol o planta, nosotros necesitamos tener un suelo donde poner nuestras raíces, unos nutrientes para ir creciendo, y unas ramas y tallos donde se vayan gestando los frutos que después serán alimento para los demás. Nuestra oración de hoy va a tratar sobre esto: ver qué tipo de fruto estoy llamado a ser y, por tanto, qué tipo de árbol soy.

Para poder descubrir si estamos en el camino adecuado en la gestación de nuestro fruto/os personal/es, debemos escuchar la voz interior de Jesús, que no es otra que la voz interior del Amor que nos habita. Es él el único que puede decirnos en qué momento nos encontramos, en qué camino estoy avanzando.

Palabra de Dios

Jn 15, 1-81

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

– «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca,

y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;

permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;

el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;

porque sin mí no podéis hacer nada.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,

pediréis lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.
 
104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.
 
105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.
 
106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.
 
107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
 
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos.  

Puntos de oración

Oración del Martes V de Pascua

Hoy vamos a orar sobre la presencia de PAZ en nuestra vida. Algunos/as pueden decir: «Mande?, ¿quién es esa?». Otros pueden responder: «¿no conozco que es eso?»… fuera de broma, cada uno puede tener una respuesta diferente según la realidad personal que pueda estar viviendo… Y es que ésta solo viene a nuestra vida cuando nos sentimos cuidados, amados, protegidos… es una paz que nace de experimentar una cierta “seguridad” en nuestra vida. No diríamos la verdad si negásemos esta NECESIDAD de SEGURIDAD.Y esto NO ES MALOes NECESARIO PARA IR CRECIENDO en nuestra vida (tanto a nivel social como a nivel personal, en nuestra afectividad, psicología… en todas las dimensiones de nuestra persona).

Si vemos la realidad de nuestra vida, la PAZ la perdemos cuando las cosas comienzan a no ser como nos gustarían que fuesen o cómo creemos que DEBERÍAN DE SER… así, nuestro corazón comienza a inquietarse y a buscar soluciones rápidas para evitar el dolor y el sufrimiento que nos provocan esas “diferencias” entre LO QUE NOS GUSTARÍA que fuesen las cosas/situaciones/personas a COMO SON EN REALIDAD.

Por eso, podemos identificar hoy dos tipos de paz:

  •  La del mundo. Cuando situamos nuestra seguridad en cosas materiales o personas. Comenzaríamos a experimentar inquietud cuando todo comienza a ser diferente a, al menos, a no ser como me gustaría que fuese. Al no tener “estabilidad tangible”, “material”, vivo buscando una solución rápida, segura e inmediata. Por eso, la paz del corazón que nos da lo del mundo es efímera, pasa tarde o temprano…
  • La de Jesús. Esta paz se caracteriza porque no pasa nunca. Se basa en una cosa que NO ES MATERIAL ni EFÍMERA. Esta paz se produce cuando uno experimenta que el cuidado, el amor, el valor de su vida no lo tienen las cosas o las personas, sino Dios. Es una paz que nace de saber que mi vida ESTA COMPLETAMENTE EN SUS MANOS, y que pase lo que pase, ÉL SIEMPRE VA A ESTAR A MI LADO. Sólo así podré ejercer el poder de la ACEPTACIÓN y sacaré de toda situación adversa/dolorosa el ciento por uno, porque no hay un solo momento de sufrimiento o de inquietud que pasen desapercibidos para él.

Palabra de Dios

Jn 14, 27-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.
 
104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.
 
105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.
 
106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.
 
107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
 
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos.  

Puntos de oración

Oración del Lunes V de Pascua

Retomamos nuestra oración diaria con el evangelio del día de hoy. Nos centraremos especialmente en dos frases que pueden ayudarnos a ver qué libro de instrucciones estamos utilizando para hacer «funcionar» nuestra vida. Estas son las dos palabras que vamos a reflexionar:
  • «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él».
  • «El Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».
Ninguno de nosotros llegamos a este mundo con un «pan debajo del brazo» ni con un «manual de instrucciones» que nos ayude a vivir la vida y nos explique cómo funciona esto de vivir. Vamos aprendiendo poco a poco del «manual» que tienen nuestros padres, nuestros profesores, nuestros catequistas, nuestros amigos… pero especialmente son de aquellas personas a las que amamos de verdad de las que tomamos el modo de vivir nuestra vida.
 
Pero hoy Jesús nos da un criterio para saber si tenemos el manual adecuado o no: ¿Eres auténticamente feliz en tu vida? ¿Puedes decir que estás viviendo en plenitud? ¿Estás siendo quien quieres ser? ¿Estás recibiendo aquello que tu corazón anhela?… Estas preguntas son claves para discernir si estoy viviendo mi vida para aquello que ha sido creada o no…
 
Hoy el Maestro te propone lo siguiente… RECUERDA QUIÉN ERES. Tu vida tiene como fin DEJARTE AMAR POR DIOS (tal y como eres) para AMARTE A TI MISMO/A y, a continuación, y sólo a continuación, AMAR AL PROJIMO COMO A TI MISMO/A.
 
Si quieres cambiar de vida, si quieres recuperar la plenitud, la felicidad… solo puedes hacer volviendo al origen de tu vida y tomar el manual de instrucciones correcto para vivir, el que te va diciendo como funciona todo: lel mismo Cristo y su Evangelio.

Palabra de Dios

Jn 14,21-26: El Defensor que enviará el Padre os lo enseñará todo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.»
Le dijo judas, no el Iscariote:
– «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
– «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit (103-108)

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.

104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.

105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.

106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.

107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos. 

Puntos de oración

Oración del Viernes IV de Pascua

Hoy, como sabéis, no tendremos audio de oración. Estamos todos convocados a la oración de jóvenes que vamos a realizar mediante zoom, conectando con la parroquia. Os dejamos el evangelio que vamos a orar y uno de los puntos más importantes sobre el que tratará. Recordad que comenzaremos a conectar sobre las 21,45 h. para que podamos empezar a las 22,00 h. puntuales. Os pasaremos el link por el grupo de whatssapp de cada grupo. 

Palabra de Dios

Jn 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, «estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»

 

Tomás le dice:
– «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»

 

Jesús le responde:
– «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

Oración del Jueves IV de Pascua

En la oración de hoy necesitamos centrarnos en una frase del evangelio de Juan que resume lo que hoy le queremos pedir al Señor: sabernos elegidos por Él para hacerle presente en medio de nuestra realidad. Esa frase es UNA DE LAS VERDADES FUNDAMENTALES en las que se asienta mi vida: “yo sé bien a quiénes he elegido”.

Hoy vamos a reflexionar sobre esta elección. Jesús nos ha considerado CAPACES de ENCARNAR el Evangelio, de hacer realidad, de hacer vida el Reino de Dios para llevarlo a todos aquellos que aún no le conocer o que no se han encontrado verdaderamente con Él. Es decir: SI ERES CAPAZ DE SEGUIR A CRISTO, SI ERES CAPAZ DE SACAR DE TI TODO LO BUENO, BELLO, VERDADERO que Dios ha sembrado en ti.

Estamos llamados a transparentar a Jesús, a anunciarle con nuestra vida.

Hoy los puntos de la Christus vivit que iluminarán el evangelio son del 81 al 84, y nos hablan de las dificultades que pueden existir en el seguimiento de Cristo, en hacer vida el Evangelio. Hoy también sería bueno que los leamos antes de la oración personal, ya que nos van a ayudar a reflexionar mejor.

El resto de puntos del capítulo II de la Exhortación del Papa os los dejamos al final de la oración, o bien, si queréis, podéis acceder al documento completo en el siguiente enlace: PINCHA AQUÍ.

Palabra de Dios

Jn 13, 16-20

Cuando Jesús terminó de lavar los pies a sus discípulos les dijo: «En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [81-84]

81. Los jóvenes reconocen que el cuerpo y la sexualidad tienen una importancia esencial para su vida y en el camino de crecimiento de su identidad. Sin embargo, en un mundo que enfatiza excesivamente la sexualidad, es difícil mantener una buena relación con el propio cuerpo y vivir serenamente las relaciones afectivas. Por esta y por otras razones, la moral sexual suele ser muchas veces «causa de incomprensión y de alejamiento de la Iglesia, ya que se percibe como un espacio de juicio y de condena». Al mismo tiempo, los jóvenes expresan «un explícito deseo de confrontarse sobre las cuestiones relativas a la diferencia entre identidad masculina y femenina, a la reciprocidad entre hombres y mujeres, y a la homosexualidad»[34].
 
82. En nuestro tiempo «los avances de las ciencias y de las tecnologías biomédicas inciden sobre la percepción del cuerpo, induciendo a la idea de que se puede modificar sin límite. La capacidad de intervenir sobre el ADN, la posibilidad de insertar elementos artificiales en el organismo (cyborg) y el desarrollo de las neurociencias constituyen un gran recurso, pero al mismo tiempo plantean interrogantes antropológicos y éticos»[35]. Pueden llevarnos a olvidar que la vida es un don, y que somos seres creados y limitados, que fácilmente podemos ser instrumentalizados por quienes tienen el poder tecnológico[36]. «Además en algunos contextos juveniles se difunde un cierto atractivo por comportamientos de riesgo como instrumento para explorarse a sí mismos, buscando emociones fuertes y obtener un reconocimiento. […] Estos fenómenos, a los que están expuestas las nuevas generaciones, constituyen un obstáculo para una maduración serena»[37].
 
83. En los jóvenes también están los golpes, los fracasos, los recuerdos tristes clavados en el alma. Muchas veces «son las heridas de las derrotas de la propia historia, de los deseos frustrados, de las discriminaciones e injusticias sufridas, del no haberse sentido amados o reconocidos». Además «están las heridas morales, el peso de los propios errores, los sentimientos de culpa por haberse equivocado»[38]. Jesús se hace presente en esas cruces de los jóvenes, para ofrecerles su amistad, su alivio, su compañía sanadora, y la Iglesia quiere ser su instrumento en este camino hacia la restauración interior y la paz del corazón.
 
84. En algunos jóvenes reconocemos un deseo de Dios, aunque no tenga todos los contornos del Dios revelado. En otros podremos vislumbrar un sueño de fraternidad, que no es poco. En muchos habrá un deseo real de desarrollar las capacidades que hay en ellos para aportarle algo al mundo. En algunos vemos una sensibilidad artística especial, o una búsqueda de armonía con la naturaleza. En otros habrá quizás una gran necesidad de comunicación. En muchos de ellos encontraremos un profundo deseo de una vida diferente. Se trata de verdaderos puntos de partida, fibras interiores que esperan con apertura una palabra de estímulo, de luz y de aliento.

Puntos de oración

Christus vivit – Exhortación apostólica a los jóvenes

«Ante todo quiero decirle a cada uno la primera verdad: «Dios te ama». (…) Quizás la experiencia de paternidad que has tenido no sea la mejor, tu padre de la tierra quizás fue lejano y ausente o, por el contrario, dominante y absorbente. O sencillamente no fue el padre que necesitabas. No lo sé. Pero lo que puedo decirte con seguridad es que puedes arrojarte seguro en los brazos de tu Padre divino.»

««Para muchos jóvenes Dios, la religión y la Iglesia son palabras vacías, en cambio son sensibles a la gura de Jesús, cuando viene presentada de modo atractivo y eficaz». (Declaración Final del Sínodo, en adelante DFS) Por eso es necesario que la Iglesia no esté demasiado pendiente de sí misma sino que refleje sobre todo a Jesucristo. Esto implica que reconozca con humildad que algunas cosas concretas deben cambiar, y para ello necesita también recoger la visión y aun las críticas de los jóvenes.»

«Si bien hay jóvenes que disfrutan cuando ven una Iglesia que se manifiesta humildemente segura de sus dones y también capaz de ejercer una crítica leal y fraterna, otros jóvenes reclaman una Iglesia que escuche más, que no se la pase condenando al mundo. No quieren ver a una Iglesia callada y tímida, pero tampoco que esté siempre en guerra por dos o tres temas que la obsesionan.»

«En el Sínodo se exhortó a construir una pastoral juvenil capaz de crear espacios inclusivos, donde haya lugar para todo tipo de jóvenes y donde se manifieste realmente que somos una Iglesia de puertas abiertas. Ni siquiera hace falta que alguien asuma completamente todas las enseñanzas de la Iglesia para que pueda participar de algunos de nuestros espacios para jóvenes.»

«Los miembros de la Iglesia no tenemos que ser «bichos raros». Todos tienen que sentirnos hermanos y cercanos, como los Apóstoles, que «gozaban de la simpatía de todo el pueblo» (Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13). Pero al mismo tiempo tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que este mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación, de la oración, de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de la amistad social.»

«El Sínodo reconoció que «aunque de forma diferente respecto a las generaciones pasadas, el compromiso social es un rasgo específico de los jóvenes de hoy. Al lado de algunos indiferentes, hay muchos otros dispuestos a comprometerse en iniciativas de voluntariado, ciudadanía activa y solidaridad social, que hay que acompañar y alentar para que emerjan los talentos, las competencias y la creatividad de los jóvenes y para incentivar que asuman responsabilidades. El compromiso social y el contacto directo con los pobres siguen siendo una ocasión fundamental para descubrir o profundizar la fe y discernir la propia vocación.»

«Una Iglesia viva puede reaccionar prestando atención a las legítimas reivindicaciones de las mujeres que piden más justicia e igualdad. Puede recordar la historia y reconocer una larga trama de autoritarismo por parte de los varones, de sometimiento, de diversas formas de esclavitud, de abuso y de violencia machista. Con esta mirada será capaz de hacer suyos estos reclamos de derechos, y dará su aporte con convicción para una mayor reciprocidad entre varones y mujeres, aunque no esté de acuerdo con todo lo que propongan algunos grupos feministas. (…) Esa es la reacción de una Iglesia que se mantiene joven y que se deja cuestionar e impulsar por la sensibilidad de los jóvenes.»

«La cultura actual presenta un modelo de persona muy asociado a la imagen de lo joven. Se siente bello quien aparenta juventud, quien realiza tratamientos para hacer desaparecer las huellas del tiempo. Los cuerpos jóvenes son constantemente usados en la publicidad, para vender. El modelo de belleza es un modelo juvenil, pero estemos atentos, porque esto no es un elogio para los jóvenes. Sólo significa que los adultos quieren robar la juventud para ellos, no que respeten, amen y cuiden a los jóvenes.»

«Los jóvenes reconocen que el cuerpo y la sexualidad tienen una importancia esencial para su vida y en el camino de crecimiento de su identidad. Sin embargo, en un mundo que enfatiza excesivamente la sexualidad, es difícil mantener una buena relación con el propio cuerpo y vivir serenamente las relaciones afectivas. Por esta y por otras razones, la moral sexual suele ser muchas veces « causa de incomprensión y de alejamiento de la Iglesia, ya que se percibe como un espacio de juicio y de condena» (DFS). Al mismo tiempo, los jóvenes expresan «un explícito deseo de confrontarse sobre las cuestiones relativas a la diferencia entre identidad masculina y femenina, a la reciprocidad entre hombres y mujeres, y a la homosexualidad» (DFS).»

«La escuela necesita una urgente autocrítica si vemos los resultados que deja la pastoral de muchas de ellas, una pastoral concentrada en la instrucción religiosa que a menudo es incapaz de provocar experiencias de fe perdurables. Además, hay algunos colegios católicos que parecen estar organizados sólo para la preservación. La fobia al cambio hace que no puedan tolerar la incertidumbre y se replieguen ante los peligros, reales o imaginarios, que todo cambio trae consigo. La escuela convertida en un «búnker» que protege de los errores «de afuera», es la expresión caricaturizada de esta tendencia.»

Leer el texto completo en la web de la Santa Sede

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GAUDETE ET EXSULTATE – Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual

«El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada» (n. 1).

«Lo que quisiera recordar con esta Exhortación es sobre todo el llamado a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros, ese llamado que te dirige también a ti» (n. 10).

«¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales»(n. 14).

«Las constantes novedades de los recursos tecnológicos, el atractivo de los viajes, las innumerables ofertas para el consumo, a veces no dejan espacios vacíos donde resuene la voz de Dios. Todo se llena de palabras, de disfrutes epidérmicos y de ruidos con una velocidad siempre mayor. Allí no reina la alegría sino la insatisfacción de quien no sabe para qué vive. ¿Cómo no reconocer entonces que necesitamos detener esa carrera frenética para recuperar un espacio personal, a veces doloroso pero siempre fecundo, donde se entabla el diálogo sincero con Dios?» (n. 29).

«No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó» (n. 32)

«No tengas miedo de apuntar más alto. No tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. en la vida «existe una sola tristeza, la de no ser santos» (León Bloy) «(n. 34).

«Aun cuando la existencia de alguien haya sido un desastre, aun cuando lo veamos destruido por los vicios o las adicciones, Dios está en su vida (n. 42).

«La Iglesia enseñó reiteradas veces que no somos justificados por nuestras obras o por nuestros esfuerzos, sino por la gracia del Señor que toma la iniciativa» (n. 52).

«¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas» (n. 63).

«Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades» (n. 94).

«Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a un ser humano con mi misma dignidad, a una creatura infinitamente amada por el Padre. ¡Eso es ser cristianos! «(n. 98)

«El consumismo hedonista puede jugarnos una mala pasada. También el consumo de información superficial y las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos» (n. 108).

«No se trata solo de un combate contra el mundo y la mentalidad mundana, que nos engaña, nos atonta y nos vuelve mediocres sin compromiso y sin gozo. Tampoco se reduce a una lucha contra la propia fragilidad y las propias inclinaciones. Es también una lucha constante contra el diablo. Jesús mismo festeja nuestras victorias» (n. 159).

«Todos, pero especialmente los jóvenes, están expuestos a un zapping constante. Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento» (n. 167).

«Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña «(n. 176).

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