Oración del Viernes V de Pascua

Hoy celebramos la fiesta de nuestro patrón, San Isidro Labrador, y el evangelio que vamos a orar es similar al del día anterior. Pero debemos de fijarnos hoy en un aspecto que ayer pasó inadvertido… ¿Cómo debe ser mi respuesta ante la promesa que Dios me hace? ¿Cómo vivo yo esta promesa en el aquí y ahora de mi vida?

Hoy la frase que va a centrar nuestra atención es la que habla de la amistad: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando […]: que os améis unos a otros como yo os he amado»

Siempre vivimos centrados en los mandamientos, normas, en el debo hacer esto, debo ser así… y perdemos el principio y fundamento de nuestra vida: HACERLO TODO POR AMOR. En el caso de san Isidro y de cualquier cristiano/a, solo puedo SER FELIZ siguiendo a JESÚS si descubro este pequeño-gran secreto: SOLO SI AMO (y aprendo a amar) SERÉ FELIZ.

Y no se trata de un amor cualquiera, se trata de un AMOR VERDADERO, del «amor del bueno»: aquel que ENTREGA TODO LO QUE TIENE, ESPECIALMENTE A SÍ MISMO sin pedir nada a cambio. Pero aquí también hay un «truco»: UNO NO PUEDE DAR LO QUE NO TIENE. Por eso, el inicio de la transformación del corazón que hará posible que ame a los demás y a Dios con todo él, solo será posible, si antes me sé AMADO TOTALMENTE y SIN CONDICIONES -> esto es lo que Jesús quiere darte cada día.

Este amor sin condiciones que transforma la vida es el de JESÚS por tí, que no es otro que el del mismo DIOS que te creó y te dió la VIDA y, con ella, UNA PROMESA REALIZABLE: Amarás y serás amado en plenitud. Solo cuando recibo el AMOR DE DIOS, CREO EN ÉSTE AMOR, y dejo que me ayude a AMARME A MI MISMO tal y como ÉL ME AMA, entonces podré cumplir ese mandamiento que dice: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»… y, ¡qué casualidad! así nos convertimos en VERDADEROS AMIGOS DE JESÚS.

Palabra de Dios

Jn 15,9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.
 
104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.
 
105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.
 
106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.
 
107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
 
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos.  

Puntos de oración