Oración del Lunes V de Pascua

Retomamos nuestra oración diaria con el evangelio del día de hoy. Nos centraremos especialmente en dos frases que pueden ayudarnos a ver qué libro de instrucciones estamos utilizando para hacer «funcionar» nuestra vida. Estas son las dos palabras que vamos a reflexionar:
  • «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él».
  • «El Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».
Ninguno de nosotros llegamos a este mundo con un «pan debajo del brazo» ni con un «manual de instrucciones» que nos ayude a vivir la vida y nos explique cómo funciona esto de vivir. Vamos aprendiendo poco a poco del «manual» que tienen nuestros padres, nuestros profesores, nuestros catequistas, nuestros amigos… pero especialmente son de aquellas personas a las que amamos de verdad de las que tomamos el modo de vivir nuestra vida.
 
Pero hoy Jesús nos da un criterio para saber si tenemos el manual adecuado o no: ¿Eres auténticamente feliz en tu vida? ¿Puedes decir que estás viviendo en plenitud? ¿Estás siendo quien quieres ser? ¿Estás recibiendo aquello que tu corazón anhela?… Estas preguntas son claves para discernir si estoy viviendo mi vida para aquello que ha sido creada o no…
 
Hoy el Maestro te propone lo siguiente… RECUERDA QUIÉN ERES. Tu vida tiene como fin DEJARTE AMAR POR DIOS (tal y como eres) para AMARTE A TI MISMO/A y, a continuación, y sólo a continuación, AMAR AL PROJIMO COMO A TI MISMO/A.
 
Si quieres cambiar de vida, si quieres recuperar la plenitud, la felicidad… solo puedes hacer volviendo al origen de tu vida y tomar el manual de instrucciones correcto para vivir, el que te va diciendo como funciona todo: lel mismo Cristo y su Evangelio.

Palabra de Dios

Jn 14,21-26: El Defensor que enviará el Padre os lo enseñará todo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.»
Le dijo judas, no el Iscariote:
– «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
– «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.»

Iluminamos la palabra con... Christus Vivit (103-108)

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.

104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.

105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.

106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra.

107. No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.
108. Para eso necesitas reconocer algo fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos. 

Puntos de oración