Hoy celebramos la fiesta de nuestro patrón, San Isidro Labrador, y el evangelio que vamos a orar es similar al del día anterior. Pero debemos de fijarnos hoy en un aspecto que ayer pasó inadvertido… ¿Cómo debe ser mi respuesta ante la promesa que Dios me hace? ¿Cómo vivo yo esta promesa en el aquí y ahora de mi vida?
Hoy la frase que va a centrar nuestra atención es la que habla de la amistad: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando […]: que os améis unos a otros como yo os he amado»
Siempre vivimos centrados en los mandamientos, normas, en el debo hacer esto, debo ser así… y perdemos el principio y fundamento de nuestra vida: HACERLO TODO POR AMOR. En el caso de san Isidro y de cualquier cristiano/a, solo puedo SER FELIZ siguiendo a JESÚS si descubro este pequeño-gran secreto: SOLO SI AMO (y aprendo a amar) SERÉ FELIZ.
Y no se trata de un amor cualquiera, se trata de un AMOR VERDADERO, del «amor del bueno»: aquel que ENTREGA TODO LO QUE TIENE, ESPECIALMENTE A SÍ MISMO sin pedir nada a cambio. Pero aquí también hay un «truco»: UNO NO PUEDE DAR LO QUE NO TIENE. Por eso, el inicio de la transformación del corazón que hará posible que ame a los demás y a Dios con todo él, solo será posible, si antes me sé AMADO TOTALMENTE y SIN CONDICIONES -> esto es lo que Jesús quiere darte cada día.
Este amor sin condiciones que transforma la vida es el de JESÚS por tí, que no es otro que el del mismo DIOS que te creó y te dió la VIDA y, con ella, UNA PROMESA REALIZABLE: Amarás y serás amado en plenitud. Solo cuando recibo el AMOR DE DIOS, CREO EN ÉSTE AMOR, y dejo que me ayude a AMARME A MI MISMO tal y como ÉL ME AMA, entonces podré cumplir ese mandamiento que dice: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»… y, ¡qué casualidad! así nos convertimos en VERDADEROS AMIGOS DE JESÚS.
Palabra de Dios
Jn 15,9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]
Puntos de oración
- ¿Cómo es mi amor a mi mismo? ¿Y a los demás? ¿Y a Dios?
- ¿Me cuesta amar con ese "amor del bueno"? ¿Sé amar de verdad?
- ¿Cómo es mi respuesta ante el amor que Jesús me tiene? ¿Cómo vivo yo esta promesa en el aquí y ahora de mi vida?