Hoy celebramos la fiesta de san Matías, el primer apóstol que de Jesús que es elegido por el grupo de los 11 en sustitución de Judas Iscariote, que se quitó la vida después de traicionar a Jesús.
Encontramos a una Iglesia que interpreta las Escrituras y que, inspirados por el Espíritu, saben que necesitan incorporar un apóstol más para completar el grupo de 12. Tenían conciencia de que esto era algo que Dios les pedía. Así, escucharon a Dios e inspirados por Él eligieron a Matías.
En el Evangelio encontramos multitud de «llamadas» de Jesús a seguirle: Mateo (que estaba sentado en el mostrador de los impuestos), Pedro, Juan… y todas ellas guardan un «común denominador»: «les llamó para estar con Él». Esta es la clave que lleva la llamada a ser cristiano: mi encuentro con Cristo me revela su amor y me cambia la vida, que solo tiene sentido si es vivida con Él.
El caso de Matías es también el de nuestra vida. Todo parte de una llamada de Jesús en donde te llama AMIGO/A: «Te he elegido para que me lleves siempre en ti, ¿quieres venir conmigo y ser feliz?». Traducido en el evangelio de Juan que hoy vamos a orar sería decirte: «No eres tú el que me ha elegido a mi, soy yo el que te he elegido y te he destinado para que vayas y des fruto, y tu fruto dure […] Tu eres mi amigo […] y te he hablado de todo esto para que mi alegría esté en ti, y tu alegría llegue a plenitud». O si queremos ser más simples aún… la pregunta que te lanzaría Jesús sería: «¿Quieres ser feliz haciendo que tu vida merezca la pena? Sígueme».
Palabra de Dios
Jn 15,9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]
Puntos de oración
- ¿Soy consciente de la llamada de Jesús a estar con él? ¿Quiero seguirle?
- ¿Creo que Él me ha hecho una promesa? ¿Creo que puedo ser feliz siguiéndole y confiando en que esta se hará realidad?