Hoy vamos a orar sobre la presencia de PAZ en nuestra vida. Algunos/as pueden decir: «Mande?, ¿quién es esa?». Otros pueden responder: «¿no conozco que es eso?»… fuera de broma, cada uno puede tener una respuesta diferente según la realidad personal que pueda estar viviendo… Y es que ésta solo viene a nuestra vida cuando nos sentimos cuidados, amados, protegidos… es una paz que nace de experimentar una cierta “seguridad” en nuestra vida. No diríamos la verdad si negásemos esta NECESIDAD de SEGURIDAD.Y esto NO ES MALO, es NECESARIO PARA IR CRECIENDO en nuestra vida (tanto a nivel social como a nivel personal, en nuestra afectividad, psicología… en todas las dimensiones de nuestra persona).
Si vemos la realidad de nuestra vida, la PAZ la perdemos cuando las cosas comienzan a no ser como nos gustarían que fuesen o cómo creemos que DEBERÍAN DE SER… así, nuestro corazón comienza a inquietarse y a buscar soluciones rápidas para evitar el dolor y el sufrimiento que nos provocan esas “diferencias” entre LO QUE NOS GUSTARÍA que fuesen las cosas/situaciones/personas a COMO SON EN REALIDAD.
Por eso, podemos identificar hoy dos tipos de paz:
- La del mundo. Cuando situamos nuestra seguridad en cosas materiales o personas. Comenzaríamos a experimentar inquietud cuando todo comienza a ser diferente a, al menos, a no ser como me gustaría que fuese. Al no tener “estabilidad tangible”, “material”, vivo buscando una solución rápida, segura e inmediata. Por eso, la paz del corazón que nos da lo del mundo es efímera, pasa tarde o temprano…
- La de Jesús. Esta paz se caracteriza porque no pasa nunca. Se basa en una cosa que NO ES MATERIAL ni EFÍMERA. Esta paz se produce cuando uno experimenta que el cuidado, el amor, el valor de su vida no lo tienen las cosas o las personas, sino Dios. Es una paz que nace de saber que mi vida ESTA COMPLETAMENTE EN SUS MANOS, y que pase lo que pase, ÉL SIEMPRE VA A ESTAR A MI LADO. Sólo así podré ejercer el poder de la ACEPTACIÓN y sacaré de toda situación adversa/dolorosa el ciento por uno, porque no hay un solo momento de sufrimiento o de inquietud que pasen desapercibidos para él.
Palabra de Dios
Jn 14, 27-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»
Iluminamos la palabra con... Christus Vivit [103-108]
Puntos de oración
- ¿Tengo paz en mi vida? ¿Vivo con paz todo lo que va sucediendo en mi camino de vida? ¿Qué me aparta de esta paz?
- ¿Confío realmente en Jesús? Sé que mi vida está en sus manos? ¿Sé qué Jesús me ama profundamente y que no hay nada ni nadie que pueda apartarme de este amor?